¿Qué esperabais, entonces, encontrar? ¿Un profeta? Pues sí, os digo, y más que profeta.
En cuanto a ti, hijo mío, serás profeta del Dios Altísimo, porque irás delante del Señor para preparar su venida
La ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas tuvieron plena vigencia hasta que vino Juan el Bautista; desde entonces se anuncia el reino de Dios y todos se oponen con violencia a él.
Y si decimos que lo recibió de los hombres, el pueblo en masa nos apedreará, porque todos están convencidos de que Juan era un profeta».
¿O esperabais encontrar un hombre espléndidamente vestido? Los que visten con lujo y se dan la buena vida viven en los palacios reales.
Precisamente a él se refieren las Escrituras cuando dicen: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino.
Juan el Bautista era como una lámpara encendida que alumbraba; y vosotros estuvisteis dispuestos a alegraros por breve tiempo con su luz.