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Referencias Cruzadas

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Lucas 5:21

La Palabra (versión española)

Los maestros de la ley y los fariseos se pusieron a pensar: «¿Quién es este, que blasfema de tal manera? ¡Solamente Dios puede perdonar pecados!».

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23 Referencias Cruzadas  

Él perdona todos tus pecados, él sana todos tus males;

Pero eres un Dios perdonador y eres por ello venerado.

Pero yo reconocí mi pecado, no te oculté mi culpa; me dije: «Confesaré mi culpa ante el Señor». Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. [Pausa]

Que sean como paja frente al viento cuando el ángel del Señor los acose;

Venid y discutamos esto, —dice el Señor—. Aunque sean vuestros pecados tan rojos como la grana, blanquearán como la nieve; aunque sean como la púrpura, como lana quedarán.

Yo, soy yo quien borra tus crímenes y decido no acordarme de tus pecados.

Como niebla disipé tus rebeldías, igual que una nube tus pecados. Vuelve a mí, que te he redimido.

¡Escúchanos, Señor! ¡Perdónanos, Señor! ¡Atiende y actúa sin tardanza, Señor! Hazlo por tu honor, Dios mío, pues tu ciudad y tu pueblo invocan tu nombre.

El Señor, nuestro Dios, es compasivo y clemente, aunque nos hayamos rebelado contra él

Y el que blasfeme contra el nombre del Señor será castigado con la muerte: toda la comunidad lo apedreará; sea extranjero o sea nativo, si blasfema contra el nombre divino, morirá.

Volverá a manifestarnos su ternura, olvidará y arrojará al mar nuestras culpas.

Al oír esto, el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras y exclamó: —¡Ha blasfemado! ¿Para qué necesitamos más testimonios? ¡Ya habéis oído su blasfemia!

Entonces algunos maestros de la ley se dijeron: «Este blasfema».

Demostrad con hechos vuestra conversión y no andéis pensando que sois descendientes de Abrahán. Porque os digo que Dios puede sacar de estas piedras descendientes de Abrahán.

Un día estaba Jesús enseñando. Cerca de él se habían sentado algunos fariseos y doctores de la ley llegados de todas las aldeas de Galilea y de Judea, y también de Jerusalén. Y el poder del Señor se manifestaba en las curaciones que hacía.

Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando y les preguntó:

Los demás invitados comenzaron, entonces, a preguntarse a sí mismos: «¿Quién es este, que hasta perdona pecados?».

Le contestaron: —No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por haber blasfemado, ya que tú, siendo un hombre como los demás, pretendes hacerte pasar por Dios.

¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¡Dios es quien salva!




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