Guiaré a los ciegos por rutas que ignoran, los encaminaré por sendas desconocidas; convertiré a su paso la tiniebla en luz, transformaré lo escabroso en llanuras. Todo esto haré, sin dejar nada.
Y tendrán que reconocer los árboles del campo que yo soy el Señor, que humillo al árbol elevado y exalto al árbol chaparro, que seco el árbol verde y hago reverdecer el árbol seco. Yo, el Señor, lo digo y lo hago.