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Referencias Cruzadas

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Lucas 3:22

La Palabra (versión española)

y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Y se oyó una voz proveniente del cielo: —Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco.

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21 Referencias Cruzadas  

Voy a proclamar el mandato del Señor. Él me ha dicho: «Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy.

Este es mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me complazco. Lo he dotado de mi espíritu, para que lleve el derecho a las naciones.

Este es mi siervo, a quien yo he elegido; lo amo y me complazco en él. Le daré mi espíritu y llevará mi enseñanza a todos los pueblos.

Aún estaba hablando Pedro, cuando quedaron envueltos en una nube luminosa de donde procedía una voz que decía: —Este es mi Hijo amado, en quien me complazco. Escuchadlo.

Puesto que ha confiado en Dios, que Dios lo salve ahora, si es que de verdad lo ama. ¿Acaso no afirmaba que es el Hijo de Dios?

Por aquel tiempo llegó Jesús al Jordán procedente de Galilea para que Juan lo bautizara.

Una vez bautizado, Jesús salió enseguida del agua. En ese momento se abrieron los cielos y Jesús vio que el Espíritu de Dios descendía como una paloma y se posaba sobre él.

Y una voz, proveniente del cielo, decía: —Este es mi Hijo amado en quien me complazco.

Y se oyó una voz proveniente del cielo: —Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco.

Por aquellos días llegó Jesús procedente de Nazaret de Galilea, y Juan lo bautizó en el Jordán.

En esto quedaron envueltos por una nube de la que salía una voz: —Este es mi Hijo amado. Escuchadlo.

—¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!

Y él comenzó a decirles: —Este pasaje de la Escritura se ha cumplido hoy mismo en vuestra presencia.

Y Juan prosiguió su testimonio diciendo: —He visto que el Espíritu bajaba del cielo como una paloma y permanecía sobre él.

Padre, glorifica tu nombre. Entonces se oyó una voz venida del cielo: —Ya lo he glorificado y volveré a glorificarlo.

También habla a mi favor el Padre que me envió, aunque vosotros nunca habéis oído su voz ni habéis visto su rostro.

De cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y lo llenó de poder; de cómo Jesús pasó por todas partes haciendo el bien y curando a todos los que padecían oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Él es quien nos ha rescatado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,

Al integraros en él, piedra viva rechazada por los humanos, pero escogida y preciosa para Dios,




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