Así que la gente estaba expectante y todos se preguntaban en su interior si Juan no sería el Mesías.
Los discípulos comentaban entre ellos: «Esto lo dice porque no hemos traído pan».
Se le acercaron entonces los judíos, se pusieron a su alrededor y le dijeron: —¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si eres el Mesías, dínoslo claramente de una vez.