Después de esto, Jesús salió y, según tenía por costumbre, se dirigió al monte de los Olivos en compañía de sus discípulos.
Cerca ya de Jerusalén, al llegar a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos
Cantaron después el himno y salieron hacia el monte de los Olivos.
Cuando Jesús entró en Jerusalén, se dirigió al Templo. Después de echar una ojeada por todas partes, como ya estaba anocheciendo, se fue a Betania acompañado de los Doce.
Al llegar la noche, Jesús y sus discípulos salieron de la ciudad.
Estaba Jesús sentado en la ladera del monte de los Olivos de cara al Templo, cuando Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron aparte:
Jesús enseñaba en el Templo durante el día, y por las noches se retiraba al monte de los Olivos.