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Referencias Cruzadas

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Lucas 21:34

La Palabra (versión española)

Estad atentos y no dejéis que os esclavicen el vicio, las borracheras o las preocupaciones de esta vida, con lo que el día aquel caería por sorpresa sobre vosotros.

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37 Referencias Cruzadas  

Ven, demos de beber vino a nuestro padre hasta que esté borracho y luego nos acostaremos con él; así tendremos descendencia de nuestro padre.

Aquella misma noche volvieron a emborrachar con vino a su padre y, sin que este se diera cuenta, también su hija menor se acostó con él.

Jacob fue en busca de los cabritos, se los llevó a su madre y ella preparó el guiso como a su padre le gustaba.

Que los sorprenda un desastre inesperado, que los atrape la trampa que tendieron, que caigan en la fosa que cavaron.

Ojos altivos, mente arrogante y malvados que triunfan, todo ello es detestable.

No te juntes con los que beben vino ni con los que se atiborran de carne,

Porque, además, el mortal desconoce su momento: como peces atrapados en la red fatal y como pájaros apresados en la trampa, así son atrapados los humanos cuando la desgracia les sobreviene de improviso.

A estos el vino los extravía, el licor los hace desvariar: a sacerdote y profeta el licor los extravía, son consumidos por el vino, el licor los hace desvariar; fallan en sus visiones, vacilan cuando juzgan.

La prostitución, el mosto y el vino le han hecho perder el seso:

—Ni tú ni tus hijos deberéis beber vino ni cualquier otro licor cuando entréis en la Tienda del encuentro, pues de lo contrario moriréis. Es esta una norma perpetua para vuestros descendientes

Hay quien es como la semilla que cayó entre cardos: oye el mensaje, pero los problemas de la vida y el apego a las riquezas lo ahogan y no le dejan dar fruto.

Mirad por vosotros mismos. Os entregarán a las autoridades y os golpearán en las sinagogas. Por causa de mí os llevarán ante gobernadores y reyes para que deis testimonio delante de ellos.

pero los problemas de la vida, el apego a las riquezas y otras apetencias, llegan y lo ahogan de manera que no da fruto.

El Señor le contestó: —Marta, Marta, andas angustiada y preocupada por muchas cosas.

Pues también vosotros estad preparados, porque cuando menos lo penséis vendrá el Hijo del hombre.

¡Estad, pues, atentos! Si tu hermano peca, repréndelo; y si cambia de conducta, perdónalo.

Porque será como una trampa en la que quedarán apresados todos los habitantes de la tierra.

Jesús contestó: —Tened cuidado, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: «Yo soy» o «El momento ha llegado». No les hagáis caso.

La semilla que cayó entre los cardos representa a los que escuchan el mensaje, pero preocupados solo por los problemas, las riquezas y los placeres de esta vida, se desentienden y no llegan a dar fruto.

Lo que realmente quería deciros en la carta es que no tengáis trato con quien presume de cristiano y es lujurioso, avaro, idólatra, calumniador, borracho o ladrón. Con alguien así, ¡ni sentarse a la mesa!

ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.

idólatras, supersticiosos; alimentan odios, promueven contiendas, se enzarzan en rivalidades, rebosan rencor; son egoístas, partidistas, sectarios,

el Señor no lo perdonará, sino que su ira y su celo se encenderán contra esa persona, todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre ella, y el Señor hará que nunca más quede memoria de ella.

Nada debe angustiaros; al contrario, en cualquier situación, presentad a Dios vuestros deseos, acompañando vuestras oraciones y súplicas con un corazón agradecido.

Manteneos vigilantes para que nadie quede privado de la gracia de Dios; para que ninguna planta dañina, capaz de perturbar y emponzoñar a toda una multitud, crezca entre vosotros;

Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. Entonces los cielos se derrumbarán con estrépito, los elementos del mundo quedarán pulverizados por el fuego y desaparecerá la tierra con cuanto hay en ella.

Por tanto, queridos, en espera de tales acontecimientos, esforzaos por vivir en paz con Dios, limpios e intachables.

¿No recuerdas aquella tu disposición para escuchar y recibir? Pues mantenla y, si es preciso, cambia de conducta. Porque, si no estás en vela, vendré a ti como un ladrón, sin que puedas saber a qué hora llegaré contra ti.

Cuando Abigail llegó adonde estaba Nabal, este estaba celebrando un banquete digno de un rey. Como estaba muy contento y completamente borracho, ella no le comentó nada hasta el amanecer.




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