Así dice el Señor, redentor y Santo de Israel, al que ha sido despreciado y aborrecido de las naciones, al esclavo de los opresores: Los reyes lo verán y se pondrán de pie, los príncipes se postrarán humillados, a causa del Señor, que es fiel, del Santo de Israel, que te ha elegido.
Antes de partir, llamó a diez criados suyos y a cada uno le entregó una cantidad de dinero, diciéndoles: «Negociad con este dinero en tanto que yo regreso».
Sin embargo, él recibió la investidura real. A su regreso, mandó llamar a los criados a quienes había entregado el dinero, para saber cómo habían negociado con él.