El Señor añadió: —Ya habéis oído lo que dijo aquel mal juez.
Así seréis verdaderamente hijos de vuestro Padre que está en los cielos, pues él hace que el sol salga sobre malos y buenos y envía la lluvia sobre justos e injustos.
El Señor, al verla, se sintió profundamente conmovido y le dijo: —No llores.
y los envió a preguntar al Señor: —¿Eres tú el que tenía que venir o debemos esperar a otro?
¿no estáis actuando con parcialidad y convirtiéndoos en jueces con criterios perversos?