Despreciado y rechazado por la gente, sometido a dolores, habituado al sufrimiento, ante el cual todos se tapan la cara; lo despreciamos y no hicimos caso de él.
En cuanto a ti, Belén Efrata, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti saldrá el caudillo de Israel, cuyo origen se remonta a días antiguos, a un tiempo inmemorial.
A partir de aquel momento, Jesús empezó a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén, y que los ancianos del pueblo, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley le harían sufrir mucho, y luego lo matarían, pero que al tercer día resucitaría.
Al amanecer, habiéndose reunido a deliberar los jefes de los sacerdotes, junto con los ancianos, los maestros de la ley y el Consejo Supremo en pleno, llevaron atado a Jesús y se lo entregaron a Pilato.
Por su parte, Herodes, secundado por sus soldados, lo trató con desprecio y se burló de él. Lo vistió con un manto resplandeciente y se lo devolvió a Pilato.
La gente estaba allí mirando, mientras las autoridades se burlaban de Jesús, diciendo: —Puesto que ha salvado a otros, que se salve a sí mismo si de veras es el Mesías, el elegido de Dios.
Al oír esta respuesta, uno de los guardias que estaban junto a Jesús le dio una bofetada, al tiempo que lo increpaba: —¿Cómo te atreves a contestar así al sumo sacerdote?
Condujeron a Jesús de casa de Caifás al palacio del gobernador. Era muy de mañana. Los judíos no entraron en el palacio para no contraer una impureza legal que les habría impedido participar en la cena de Pascua.
Pilato replicó: —¿Acaso soy yo judío? Son los de tu propia nación y los jefes de los sacerdotes los que te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?
Dios lo entregó conforme a un plan proyectado y conocido de antemano, y vosotros, valiéndoos de no creyentes, lo clavasteis en una cruz y lo matasteis.
El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha colmado de honor a Jesús, su siervo, a quien, por cierto, vosotros mismos entregasteis a las autoridades y rechazasteis ante Pilato cuando ya este había decidido ponerlo en libertad.