Jesús contestó: —Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
¿Acaso hay algo imposible para el Señor? El año que viene por estas fechas volveré a visitarte y Sara habrá tenido un hijo.
Reconozco que todo lo puedes, que ningún proyecto se te resiste. [Dijiste:]
—¡Ay, Señor mi Dios! Tú eres quien ha hecho el cielo y la tierra con gran poder y brazo extendido. Nada te resulta imposible.
Así dice el Señor del universo: Aunque al resto del pueblo esto le parezca prodigioso en aquellos días, no será prodigioso para mí —oráculo del Señor del universo—.
Jesús los miró y les dijo: —Para los seres humanos es imposible, pero para Dios todo es posible.
porque para Dios no hay nada imposible.
Los que estaban escuchando preguntaron: —Pues, en ese caso, ¿quién podrá salvarse?