Ya sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no robes, no des falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre.
en busca de advertencia e instrucción?». Seguro que así os hablará quien carece de poder para evocar.
Jesús le dijo: —¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino solamente Dios.
El dignatario respondió: —Todo eso lo he guardado desde mi adolescencia.
Porque el no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás y cualquier otro posible mandamiento se resume en estas palabras: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
A nadie, en efecto, justificará Dios por la observancia de la ley, pues la misión de la ley es hacernos conscientes del pecado.
El primer mandamiento que lleva consigo una promesa es precisamente este: Honra a tu padre y a tu madre,
Vosotros, hijos, obedeced a vuestros padres sin reservas, pues eso es lo que agrada al Señor.