Al siguiente le preguntó: «¿Tú cuánto le debes?». Le contestó: «Cien sacos de trigo». Le dijo el administrador: «Pues mira, toma tus recibos y apunta solo ochenta».
Por eso, os aconsejo que os ganéis amigos utilizando las riquezas de este mundo. Así, cuando llegue el día de dejarlas, habrá quien os reciba en la mansión eterna.
Había allí seis tinajas de piedra, de las que utilizaban los judíos para sus ritos purificatorios, con una capacidad de entre setenta y cien litros cada una.
ni los engañen. Al contrario, que les profesen una perfecta y plena fidelidad para así honrar en cualquier circunstancia la enseñanza recibida de Dios, nuestro Salvador.