El que se separe de su mujer para casarse con otra, comete adulterio. Y también comete adulterio el que se case con una mujer separada.
Y yo os digo esto: el que se separe de su mujer (a no ser en caso de inmoralidad sexual) y se case con otra, comete adulterio.
Jesús prosiguió: —Había una vez un hombre rico que vestía de púrpura y finísimo lino, y que todos los días celebraba grandes fiestas.
Porque la mujer ya no es dueña de su propio cuerpo; lo es el marido. Como tampoco el marido es dueño de su cuerpo; lo es la mujer.