Él habría querido llenar su estómago con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
buscaban armuelle entre las matas, comían raíces de retama.
Mira a la derecha, observa: no hay nadie que me conozca; me he quedado sin refugio, no hay quien cuide de mí.
yo, necio, no comprendía nada, era como un animal ante ti.
Esta gente se apacienta de ceniza, la ilusión de su mente los hace delirar; son incapaces de salvarse reconociendo que es pura mentira lo que tienen en su mano.
¿Por qué gastáis en lo que no es comida? ¿Por qué os fatigáis en lo que no sacia? Escuchadme atentos y comeréis bien, Saborearéis manjares deliciosos;
Acercaos, engendros de bruja, hijos de prostituta.
Los que antes banqueteaban desfallecen por las calles; los criados entre púrpura revuelven los basureros.
Efraín me ha rodeado de mentiras y el pueblo de Israel de engaños, pero Judá aún camina con Dios y se mantiene fiel al muy Santo.
No entreguéis las cosas sagradas a los perros, ni echéis vuestras perlas a los cerdos, pues las pisotearán y, revolviéndose, os harán pedazos.
Entonces fue a pedir trabajo a uno de los habitantes de aquel país, el cual lo envió a sus tierras, a cuidar cerdos.
Entonces recapacitó y se dijo: «¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo estoy aquí muriéndome de hambre!