dirán: «Ese individuo se puso a construir, pero no pudo terminar».
Vinieron las lluvias, se desbordaron los ríos y los vientos soplaron violentamente contra la casa, y esta se hundió terminando en ruina total.
No sea que, una vez echados los cimientos, no pueda terminarla, y quede en ridículo ante todos los que, al verlo,
O bien: si un rey va a la guerra contra otro rey, ¿no se sentará primero a calcular si con diez mil soldados puede hacer frente a su enemigo, que avanza contra él con veinte mil?
Y el justo por la fe vivirá ; mas si se acobarda, dejará de agradarme.
Solo quisiéramos pediros una cosa: que no deis tregua a vuestro empeño hasta que la esperanza se convierta por fin en plena realidad.
Estad, pues, alerta para que no echéis a perder el fruto de vuestro esfuerzo y recibáis completa vuestra paga.