La causa de esta condenación está en que, habiendo venido la luz al mundo, los seres humanos prefirieron las tinieblas a la luz, pues su conducta era mala.
En vista de ello, Pablo y Bernabé les dijeron sin miramientos: —Era nuestro deber anunciaros primero a vosotros el mensaje de Dios. Pero ya que lo rechazáis y vosotros mismos os descalificáis para la vida eterna, nos dedicaremos de lleno a los no judíos.