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Referencias Cruzadas

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Lucas 12:5

La Palabra (versión española)

Os indicaré, en cambio, a quién debéis tener miedo: tenédselo a aquel que no solo puede matar, sino que también tiene poder para arrojar a la gehena. A ese es a quien debéis temer.

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16 Referencias Cruzadas  

¡Que vuelvan al reino de los muertos los malvados, todos los paganos que se olvidan de Dios!

El respeto del Señor da plena confianza, será para sus hijos un refugio.

¿Quién no te respetará, rey de las naciones? Es algo que tú mereces, pues entre todos los sabios y todos los reyes paganos, nadie hay como tú.

pues tenían miedo a los caldeos por el hecho de que Ismael, hijo de Netanías, había dado muerte a Godolías, hijo de Ajicán, a quien el rey de Babilonia había nombrado gobernador.

¿Es que no me respetáis? —oráculo del Señor— ¿No tembláis en mi presencia? Yo mismo puse arena como límite al mar, una linde perpetua que no traspasará; hierven las aguas, pero son impotentes, mugen las olas, pero no lo traspasan.

No tengáis miedo de los que pueden matar el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Más bien tened miedo de aquel que puede destruir el cuerpo y el alma en la gehena.

A los otros, en cambio, dirá: «¡Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles!

De manera que estos irán al castigo eterno; en cambio, los justos irán a la vida eterna.

Pero yo os digo: El que se enemiste con su hermano, será llevado a juicio; el que lo insulte será llevado ante el Consejo Supremo, y el que lo injurie gravemente se hará merecedor del fuego de la gehena.

¡Tened cuidado! Os lo advierto todo de antemano.

Y que nadie en este asunto atropelle o conculque los derechos de su hermano porque, como ya os dijimos e insistimos en su día, el Señor hará justicia de todas estas cosas.

¡Tiene que ser terrible caer en las manos del Dios viviente!

Dios, en efecto, no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó a las cavernas tenebrosas del abismo, donde los mantiene encarcelados para el juicio.

Decía con voz poderosa: —Temed a Dios y dadle gloria, porque ha sonado la hora del juicio. Adorad al creador del cielo y de la tierra, del mar y de los manantiales de agua.

¿Cómo no temerte, Señor? ¿Cómo no engrandecerte? Solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán a postrarse ante ti, porque tus designios de salvación se han hecho manifiestos.

Y la muerte y el abismo fueron después arrojados al lago de fuego, es decir, a la segunda muerte.




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