Felices ellos si al llegar el amo, ya sea a medianoche o de madrugada, los encuentra vigilando.
Pensad que si el amo de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, vigilaría para impedir que le perforen la casa.
Cuando a eso de la medianoche se oyó gritar: «¡Ya viene el novio! ¡Salid a recibirlo!»,
Pensad que si el amo de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, impediría que le perforaran la casa.