Como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, así también el Hijo del hombre será una señal para esta gente.
Ezequiel os servirá de ejemplo; haréis lo que él ha hecho. Y cuando esas cosas sucedan, reconoceréis que yo soy el Señor Dios.
El Señor se dirigió a Jonás, hijo de Amitay, diciéndole:
Mas yo, con un canto agradecido, te he de presentar sacrificios: ¡cumpliré lo que he prometido! ¡La salvación se halla en el Señor!