Pero Jesús, que conocía sus intenciones, les dijo: —Si una nación se divide en bandos, se destruye a sí misma y sus casas se derrumban.
Pero Jesús, que leía sus pensamientos, les dijo: —¿Por qué pensáis mal?
Como tampoco necesitaba que nadie le informara sobre nadie, conocía, qué hay en el corazón del ser humano.
En cuanto a sus hijos, los heriré de muerte, para que todas las iglesias sepan que yo soy el que sondea las conciencias y los corazones y el que dará a cada uno de vosotros según su merecido.