Cuando entréis en alguna casa, decid primero: «Paz a esta casa».
crearé en sus labios este canto: «Paz, paz al lejano y al cercano dice el Señor, voy a sanarlo».
No llevéis monedero, zurrón, ni calzado; y no os detengáis tampoco a saludar a nadie en el camino.
Si los que viven allí son gente de paz, la paz de vuestro saludo quedará con ellos; si no lo son, la paz se volverá a vosotros.
Entonces Jesús le dijo: —Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también este es descendiente de Abrahán.
Fue Dios quien dirigió su mensaje a los israelitas y les anunció la buena noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.
Él ha venido a traer la noticia de la paz: paz para vosotros, los que estabais lejos, y paz también para los que estaban cerca.
diciéndole: ¡Por mi vida! Que tengáis salud tú, tu familia y toda tu hacienda.