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Referencias Cruzadas

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Lucas 10:21

La Palabra (versión española)

En aquel mismo momento, el Espíritu Santo llenó de alegría a Jesús, que dijo: —Padre, Señor del cielo y de la tierra, te alabo porque has ocultado todo esto a los sabios y entendidos y se lo has revelado a los sencillos. Sí, Padre, así lo has querido tú.

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29 Referencias Cruzadas  

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el mundo y quienes lo habitan.

El Señor se confía a sus fieles anunciándoles su alianza.

y de la boca de lactantes y niños has hecho un baluarte frente a tus rivales para silenciar al enemigo y al rebelde.

Por eso, seguiré mostrando a este pueblo acciones prodigiosas, sorprendentes; se esfumará la sabiduría de sus sabios, se eclipsará la listeza de sus listos.

Allí habrá una calzada consagrada, que llevará por nombre Vía Sacra; no será hollada por los impuros, ni los necios caminarán por ella.

Después del sufrimiento verá la luz, el justo se saciará de su conocimiento. Mi siervo hará justos a muchos, pues cargó con los pecados de ellos.

Como un joven se casa con su novia, así te desposa quien te construyó; la alegría del novio por su novia es la alegría de tu Dios por ti.

Así dice el Señor: El cielo es mi trono, la tierra, el escabel de mis pies. ¿Qué templo vais a construirme, o qué lugar donde pueda residir?

El Señor, tu Dios, está contigo; él es poderoso y salva. Se regocija por ti con alegría, su amor te renovará, salta de júbilo por ti.

Jesús le contestó: —¡Feliz tú, Simón, hijo de Jonás, porque ningún mortal te ha revelado esto, sino mi Padre que está en los cielos!

Por eso le preguntaron: —¿No oyes lo que estos están diciendo? Jesús les contestó: —¡Claro que lo oigo! Pero ¿es que nunca habéis leído en las Escrituras aquello de: sacarás alabanza de labios de los pequeños y de los niños de pecho?

Pero al ver que muchos fariseos y saduceos acudían a recibir el bautismo, Juan les decía: —¡Hijos de víbora! ¿Quién os ha avisado para que huyáis del inminente castigo?

Os aseguro que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

Cuando la encuentra, se la pone sobre los hombros lleno de alegría

Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: «¡Alegraos conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido!».

Quitaron, pues, la piedra y Jesús, mirando al cielo, exclamó: —Padre, te doy gracias porque me has escuchado.

Y si el evangelio que anunciamos está encubierto, lo está solamente para aquellos que van por el camino de la perdición,

El mismo Cristo en quien también nosotros participamos de la herencia a la que hemos sido destinados de antemano según el designio del Dios que todo lo hace de acuerdo con los planes de su libre decisión.

nos ha destinado de antemano, y por pura iniciativa de su benevolencia, a ser adoptados como hijos suyos mediante Jesucristo.




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