«¡Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos contra vosotros! Sin embargo, sabed que el reino de Dios ya está cerca».
Hermanos, los que sois descendientes de Abrahán y los que, sin serlo, viven entre vosotros rindiendo culto a Dios: ved que a nosotros se nos ha confiado este mensaje de salvación.
En vista de ello, Pablo y Bernabé les dijeron sin miramientos: —Era nuestro deber anunciaros primero a vosotros el mensaje de Dios. Pero ya que lo rechazáis y vosotros mismos os descalificáis para la vida eterna, nos dedicaremos de lleno a los no judíos.
Lo que dice la Escritura es esto: La palabra está muy cerca de ti. Está en tus labios y en tu propio corazón. Y se trata de la palabra de fe que nosotros proclamamos.
El Hijo, que siendo reflejo resplandeciente de la gloria del Padre e imagen perfecta de su ser, sostiene todas las cosas mediante su palabra poderosa y que, después de habernos purificado del pecado, se sentó junto al trono de Dios en las alturas