Levítico 9:9

La Palabra (versión española)

Sus hijos sacerdotes le trajeron la sangre en la que mojó su dedo untando con ella los salientes del altar y derramando el resto de la sangre al pie del altar.

Referencias Cruzadas

Ezequiel 43:15

El hogar de la cremación tenía dos metros de altura, y desde él salían cuatro cuernos.

Ezequiel 43:20

Con parte de su sangre rociarás los cuatro salientes del altar, los cuatro ángulos de la base y el borde en todo su perímetro. Así lo purificarás y harás expiación por él.

Levítico 16:18

Cuando salga, irá al altar que está ante el Señor y hará la expiación por él. Tomará un poco de la sangre del novillo y de la sangre del macho cabrío, untará con ella los salientes que hay a los lados del altar,

Levítico 4:25

El sacerdote mojará seguidamente su dedo en la sangre de la ofrenda de purificación y untará con ella los salientes del altar del holocausto, derramando el resto de la sangre al pie del altar del holocausto.

Levítico 4:30

Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre, untará con ella los salientes del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar.

Levítico 8:15

Moisés lo degolló y, mojando su dedo en la sangre, untó con ella los salientes de los lados del altar, purificando de esta manera el altar; derramó el resto de la sangre al pie del altar, consagrándolo así para que se pudiera hacer la expiación sobre él.

Levítico 9:10

Quemó luego sobre el altar la grasa, los riñones y el lóbulo del hígado de la ofrenda de purificación, como el Señor había ordenado a Moisés;

Levítico 9:12

Después Aarón degolló la víctima del holocausto; sus hijos sacerdotes le trajeron la sangre y roció con ella el altar por todos sus lados.

Levítico 9:18

Degolló también el toro y el carnero como sacrificio de comunión por el pueblo; sus hijos sacerdotes le trajeron la sangre con la que roció el altar por todos sus lados.

Hebreos 2:10

Convenía, en efecto, que Dios, que es origen y fin de todas las cosas y que quiere conducir a una multitud de hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio del sufrimiento a quien tenía que encabezar la salvación de los demás.