Se congregó todo el pueblo, de común acuerdo, en la plaza que está delante de la Puerta de las Aguas y pidieron al escriba Esdras que trajese el libro de la Ley de Moisés, la que había dado el Señor a Israel.
tomad luego un toro y un carnero para sacrificio de comunión e inmoladlos en presencia del Señor, junto con una ofrenda de cereal amasada con aceite; porque el Señor se manifestará hoy a vosotros».
Reúne al pueblo —hombres, mujeres y niños, y también a los inmigrantes que vivan en tus ciudades— para que escuchen y aprendan a respetar al Señor vuestro Dios, cumpliendo cuidadosamente todos los mandamientos de esta ley.