Tomó, finalmente, Moisés toda la grasa que envuelve las vísceras, la grasa del hígado y los dos riñones con su grasa, y lo quemó todo sobre el altar.
No comeréis nada crudo o cocido. Todo deberá estar asado al fuego: cabeza, patas y vísceras.
Tomarás la grasa que recubre las vísceras, el lóbulo del hígado, los dos riñones con su grasa y lo quemarás en el altar;