Al sacerdote que ofrezca el holocausto, le pertenece la piel de la víctima que se ofrece.
Dios, el Señor, hizo para el hombre y su mujer ropas de piel, y los vistió.
sin embargo, la carne del novillo, su piel y sus intestinos, los quemarás fuera del campamento, pues es un sacrificio por el pecado.
El animal ofrecido en holocausto será desollado y descuartizado.
El resto de la carne y la piel del novillo, con su cabeza, sus piernas, sus intestinos y sus excrementos,
Tanto la ofrenda de purificación como la ofrenda de reparación se regirán por la misma normativa. La víctima le pertenece al sacerdote que haga la expiación.
De igual manera, será para el sacerdote que la presente toda ofrenda de cereal preparada en horno, sartén o cazuela.
La vaca será quemada ante sus ojos; se quemará su piel, su carne, su sangre e incluso sus excrementos;
Al contrario, revestíos de Jesucristo, el Señor, y no fomentéis las desordenadas apetencias de la humana naturaleza.
y comerá una ración igual a la de los demás, sin tener en cuenta cuál sea su patrimonio familiar.