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Referencias Cruzadas

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Levítico 3:11

La Palabra (versión española)

Entonces el sacerdote quemará todo esto sobre el altar como alimento ofrecido al Señor.

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17 Referencias Cruzadas  

Me diluyo como el agua, mis huesos se desencajan, mi corazón, como cera, se derrite en mis entrañas;

Habéis permitido que extranjeros incircuncisos de corazón y de cuerpo entren en mi santuario para profanarlo cuando me ofrecéis pan, grasa y sangre. Habéis roto mi alianza con esas vuestras prácticas abominables

—Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus futuros descendientes que tenga algún defecto se acercará para ofrecer el alimento de su Dios.

Serán santos para su Dios y no profanarán el nombre de su Dios, porque son ellos los que presentan las ofrendas al Señor y los alimentos para su Dios; por tanto, serán santos.

Lo considerarás algo santo, pues él es quien ofrece el alimento para tu Dios. Considéralo santo porque yo, el Señor que os santifico, soy santo.

Tampoco aceptarás estos animales de gente extranjera para ofrecerlos como el alimento de vuestro Dios, porque están mutilados, son defectuosos y no serán aceptados.

Y el sacerdote quemará esto sobre el altar como alimento ofrecido de olor grato para el Señor. Toda la grasa pertenece al Señor.

Los sacerdotes aaronitas quemarán todo esto en el altar junto con el holocausto que está encima de la leña que arde sobre el altar; es ofrenda de olor grato para el Señor.

pero vosotros lo profanáis cuando decís: «La mesa del Señor está contaminada y su comida es despreciable».

Pues en que ofrecéis sobre mi altar alimentos impuros. Pero volvéis a preguntar: «¿En qué te hemos mancillado?». Lo hacéis al considerar que la mesa del Señor puede ser menospreciada.

—Di a los israelitas: Estad atentos a presentarme en los tiempos prefijados mis ofrendas, es decir, los alimentos que me pertenecen, junto con mis otras ofrendas que me causan un grato olor.

Presentaréis estas ofrendas cada uno de los siete días, como ofrenda de alimentos y como ofrenda sacrificial de olor grato al Señor; la presentaréis con sus correspondientes libaciones además del holocausto diario.

El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no va a hacernos el don de todas las cosas juntamente con él?

No podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios; no podéis comer de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios.

¿No ves que estoy llamando a la puerta? Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré en su compañía.




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