Comeréis del abundante grano almacenado y tendréis que tirar la cosecha anterior para guardar la nueva.
Y esto, Ezequías, te servirá de señal: este año comeréis lo que retoñe, y el siguiente, lo que nazca sin sembrar, pero el tercer año sembraréis y cosecharéis; plantaréis viñas y comeréis sus frutos.
Las eras se llenarán de trigo, los lagares rebosarán de vino y aceite.
El año octavo sembraréis, pero seguiréis comiendo de la cosecha anterior; así haréis hasta el año noveno en que llegue el nuevo fruto.
Así que pensó: «¿Qué haré ahora? ¡No tengo un lugar bastante grande donde guardar la cosecha!
A partir del día siguiente a la celebración de la Pascua comieron ya de los productos del país: panes sin levadura y espigas tostadas.