No os fabriquéis ídolos, ni levantéis esculturas o estatuas, ni erijáis en vuestra tierra piedras conmemorativas para postraros ante ellas, porque yo soy el Señor, vuestro Dios.
Abandonaron los mandamientos del Señor, su Dios: se fabricaron dos becerros de metal fundido y una representación de Astarté y adoraron a todas las fuerzas astrales y a Baal.
No te postrarás ante sus dioses ni les rendirás culto; no imitarás las costumbres de esos pueblos, sino que derribarás y harás trizas sus piedras votivas.
Porque solo a mí me pertenecen los israelitas como siervos; ellos son mis siervos, pues yo fui quien los saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el Señor, vuestro Dios.
expulsaréis a todos los habitantes del país, destruiréis todos sus ídolos de piedra y todas sus imágenes fundidas, demoliendo todos sus lugares de culto.
Siendo, pues, estirpe de Dios, no debemos suponer que la divinidad tenga algún parecido con esas imágenes de oro, plata o mármol, que son labradas por el arte y la inspiración humana.
¡Maldito sea quien haga un ídolo tallado o de metal fundido —creación humana, que el Señor abomina— y lo adore en secreto! Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!
Fuera, en cambio, quedan los depravados, los hechiceros, los lujuriosos, los asesinos, los idólatras y todos cuantos hacen de la mentira el programa de su vida.
Construyeron también un altar en honor de la imagen, y Jonatán, hijo de Guersón, hijo de Moisés, y después de él sus descendientes actuaron como sacerdotes en la tribu de Dan hasta el tiempo de la deportación del país.