y ofrecen al Señor los sacrificios matutinos y vespertinos, el incienso perfumado, preparan los panes de la ofrenda sobre la mesa y encienden cada tarde el candelabro de oro con sus lámparas; pues nosotros guardamos las prescripciones del Señor nuestro Dios, al que vosotros habéis abandonado.
El espíritu del Señor en él reposará: espíritu de inteligencia y sabiduría, espíritu de consejo y de valor, espíritu de conocimiento y de respeto al Señor. Se inspirará en el respeto al Señor.
Aarón las preparará fuera del velo del testimonio, en la Tienda del encuentro, para que ardan permanentemente desde la tarde hasta la mañana ante el Señor; es norma perpetua para las futuras generaciones.
Jesús se dirigió de nuevo a los judíos y les dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
para que les abras los ojos del entendimiento, les hagas pasar de las tinieblas a la luz y del imperio de Satanás a Dios. De este modo, por medio de la fe en mí, alcanzarán el perdón de los pecados y la herencia que corresponde a los que Dios ha consagrado para sí».
Pues el mismo Dios que dijo: Resplandezca la luz desde el seno de las tinieblas, para que irradiemos la luz del conocimiento glorioso de Dios reflejado en el rostro de Cristo.