De todos los animales acuáticos, de mar o de río, podréis comer todos los que tienen escamas y aletas.
Pero los que no tienen ni aletas ni escamas, reptiles y otros animales acuáticos, los consideraréis impuros.
No comeréis de la carne de estos animales, ni tocaréis sus cadáveres; los consideraréis impuros.
He instado a judíos y no judíos a convertirse a Dios y a creer en Jesús, nuestro Señor.
En Cristo Jesús, en efecto, da lo mismo estar circuncidados que no estarlo; lo que cuenta es la fe, que actúa por medio del amor.
Se puede también razonar de esta manera: tú dices que tienes fe; yo, en cambio, tengo obras. Pues a ver si eres capaz de mostrarme tu fe sin obras, que yo, por mi parte, mediante mis obras te mostraré la fe.