Escogió la mejor tierra para sí, la parte digna de un jefe, y se ha unido a los jefes del pueblo. Cumplió la justa voluntad del Señor, los decretos que había dado a su pueblo.
¡Alégrate, cielo, al contemplarla, y vosotros también, los consagrados a Dios, los apóstoles y los profetas, porque Dios ha vengado en ella vuestra causa!
que juzga con justicia y con verdad. Él ha condenado a la gran prostituta, la que con su lujuria corrompía la tierra. Ha vengado así en ella la sangre de sus servidores.