Pero Galaad tuvo también hijos de su esposa legítima. Cuando estos hijos crecieron, echaron de casa a Jefté diciéndole: —Tú no heredarás a nuestro padre, porque eres hijo de una mujer extraña.
Pero sobrevino una hambruna en aquella región y, como el hambre apretaba, Abrán bajó a Egipto para establecerse allí.
dijo entonces a Abrahán: —¡Echa de aquí a esa esclava y a su hijo! Porque el hijo de esa esclava no va a compartir la herencia con mi hijo Isaac.
Te librará de la mujer ajena, de la extraña de palabras seductoras,
¿Por qué has de enamorarte, hijo mío, de una ajena y caer en brazos de una desconocida?
Los labios de la mujer ajena rezuman miel y su boca es más suave que el aceite;
Y ¿qué dice la Escritura?: Echa de casa a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la esclava no ha de compartir la herencia con el hijo de la libre.
El que tenga los testículos magullados o amputado el miembro viril no será admitido en la asamblea del Señor.
Jefté, el galaadita, era un valiente guerrero. Era hijo de una prostituta y su padre era Galaad.
Jefté huyó lejos de sus hermanos y se quedó en el país de Tob. Se le unió una banda de gente miserable y juntos hacían incursiones.