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Referencias Cruzadas

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Juan 9:35

La Palabra (versión española)

Llegó a oídos de Jesús la noticia de que lo habían expulsado de la sinagoga, y, haciéndose el encontradizo con él, le preguntó: —¿Crees en el Hijo del hombre? Respondió el interpelado:

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32 Referencias Cruzadas  

[besad al hijo], no sea que se enoje y andéis perdidos al estallar de repente su ira. ¡Dichosos los que en él confían!

Voy a proclamar el mandato del Señor. Él me ha dicho: «Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy.

Si mi padre y mi madre me abandonan, el Señor me acogerá.

Y los que estaban a bordo se postraron ante Jesús, exclamando: —¡Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios!

Entonces Simón Pedro declaró: —¡Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo!

Entonces se le acercó el diablo y le dijo: —Si de veras eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

A Dios nadie lo vio jamás; el Hijo único, que es Dios y vive en íntima unión con el Padre, nos lo ha dado a conocer.

Y, puesto que yo lo he visto, testifico que este es el Hijo de Dios.

¿con qué derecho me acusáis de blasfemia a mí, que he sido elegido por el Padre para ser enviado al mundo, por haber dicho que soy Hijo de Dios?

Marta contestó: —Sí, Señor; yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que había de venir al mundo.

Tomás contestó: —¡Señor mío y Dios mío!

Estos han sido narrados para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida por medio de él.

El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero quien no cree en él, no experimentará esa vida, sino que está bajo el peso de la ira de Dios.

Poco después, Jesús se encontró con él en el Templo y le dijo: —Ya ves que has sido curado; no vuelvas a pecar para que no te suceda algo peor.

Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.

Los padres contestaron así por miedo a los judíos, pues estos habían tomado la decisión de expulsar de la sinagoga a todos los que reconocieran que Jesús era el Mesías.

Ellos replicaron: —¿Es que pretendes darnos lecciones a nosotros, tú, que de pies a cabeza naciste envuelto en pecado? Y lo expulsaron de la sinagoga.

Prosiguieron su camino y, al llegar a un lugar donde había agua, dijo el etíope: —Mira, aquí hay agua. ¿Hay algún impedimento para bautizarme?

y bien pronto empezó a proclamar en las sinagogas que Jesús era el Hijo de Dios.

y manifestado, en virtud de su resurrección de entre los muertos, como Hijo poderoso de Dios por el Espíritu de santidad. Me refiero a Jesucristo, Señor nuestro,

Pero Isaías se atreve a más todavía: Los que no me buscaban me encontraron; me manifesté a los que no preguntaban por mí.

Quien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.

Por eso, si creemos en el Hijo de Dios, es que hemos aceptado el testimonio de Dios. Pero quien no se fía de Dios ni presta crédito al testimonio que él ha dado en favor de su Hijo, está acusando a Dios de mentiroso.

A vosotros, los que creéis en el Hijo de Dios, os he escrito todo esto para haceros saber que poseéis la vida eterna.

Sabemos, en fin, que el Hijo de Dios ha venido y ha iluminado nuestras mentes para que conozcamos al Verdadero. Y nosotros estamos unidos al Verdadero y a su Hijo Jesucristo, que es Dios verdadero y vida eterna.

pues quien cree que Jesús es el Hijo de Dios, triunfará sobre el mundo.

Por eso, cuando yo vaya, le echaré en cara su conducta: sus palabras insidiosas contra mí y, por si esto fuera poco, su negativa a recibir a los hermanos. Hasta se atreve a prohibir a otros que los reciban, bajo la amenaza de expulsarlos de la Iglesia.




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