Por eso dijeron: «Preguntádselo a él, que ya tiene edad suficiente».
Cómo es que ahora ve, no lo sabemos; tampoco sabemos quién le ha dado la vista. Preguntádselo a él; tiene edad suficiente para responder por sí mismo.
Los fariseos llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: —Nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Reconócelo tú también delante de Dios.