Cómo es que ahora ve, no lo sabemos; tampoco sabemos quién le ha dado la vista. Preguntádselo a él; tiene edad suficiente para responder por sí mismo.
Entonces, una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años y que había gastado toda su fortuna en médicos, sin lograr que ninguno la curase,
Había entre ellos un hombre que llevaba enfermo treinta y ocho años.
Ellos le preguntaron: —¿Y cómo has conseguido ver?
Los padres respondieron: —Sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego.
Los padres contestaron así por miedo a los judíos, pues estos habían tomado la decisión de expulsar de la sinagoga a todos los que reconocieran que Jesús era el Mesías.
Por eso dijeron: «Preguntádselo a él, que ya tiene edad suficiente».
Allí encontró a un hombre llamado Eneas, a quien la parálisis tenía postrado en cama desde hacía ocho años.