En la ley nos manda Moisés que demos muerte a pedradas a tales mujeres. Tú, ¿qué dices?
Las apedrearán y las destrozarán con sus espadas; matarán a sus hijos e hijas e incendiarán sus viviendas.
Si un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, los dos adúlteros serán castigados con la muerte.
José, su esposo, que era un hombre justo, no quiso denunciarla públicamente, sino que decidió separarse de ella de manera discreta.
No penséis que yo he venido a anular la ley de Moisés o las enseñanzas de los profetas. No he venido a anularlas, sino a darles su verdadero significado.
y plantearon a Jesús esta cuestión: —Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.