Al oírlo hablar así, muchos creyeron en él.
Y fueron muchos los que en aquella región creyeron en él.
Al ver lo que había hecho Jesús, muchos de los judíos que habían ido a visitar a María creyeron en él.
Mientras Jesús permaneció en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, fueron muchos los que vieron los milagros que hacía, y creyeron en él.
La gente, por su parte, al ver aquel milagro, comentaba: —Este hombre tiene que ser el profeta que iba a venir al mundo.
Mucha gente creyó en él y comentaba: —Cuando venga el Mesías, ¿hará acaso, más milagros que los que este hace?