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Referencias Cruzadas

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Juan 8:20

La Palabra (versión española)

Jesús hizo estas manifestaciones cuando estaba enseñando en el Templo, en el lugar donde se encontraban los cofres de las ofrendas. Pero nadie se atrevió a echarle mano porque todavía no había llegado su hora.

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17 Referencias Cruzadas  

Pero los cuatro porteros principales, que eran levitas, tenían servicio permanente y estaban encargados de las dependencias y de los tesoros del Templo de Dios.

Entonces dijo Jesús a aquel tropel de gente: —¿Por qué habéis venido a arrestarme con espadas y garrotes, como si yo fuera un ladrón? Todos los días me sentaba en el Templo para enseñar, y no me habéis arrestado.

Los jefes de los sacerdotes recogieron aquellas monedas y dijeron: —Este dinero está manchado de sangre. No podemos ponerlo en el cofre de las ofrendas.

Estaba Jesús sentado frente al cofre de las ofrendas y miraba cómo la gente echaba dinero en ella. Muchos ricos echaban en cantidad.

Jesús llamó entonces a los discípulos y les dijo: —Os aseguro que esta viuda pobre ha echado en el cofre más que todos los demás.

Los maestros de la ley y los jefes de los sacerdotes comprendieron que Jesús se había referido a ellos con esta parábola. Por eso trataron de echarle mano en aquel mismo momento; pero tenían miedo del pueblo.

Veía también Jesús cómo los ricos echaban dinero en el arca de las ofrendas.

A la vista de estos discursos, los judíos intentaron, una vez más, apresar a Jesús; pero él se les escapó de las manos.

Jesús le respondió: —¡Mujer!, ¿qué tiene que ver eso con nosotros? Mi hora no ha llegado todavía.

Mediada ya la fiesta, Jesús se presentó en el Templo y se puso a enseñar.

Intentaron entonces prenderlo, pero nadie se atrevió a ponerle la mano encima, porque todavía no había llegado su hora.

Algunos querían prenderlo, pero nadie se atrevió a ponerle la mano encima.

Subid vosotros a la fiesta. Yo no voy a esta fiesta pues aún no ha llegado mi hora.

Por la mañana temprano volvió al Templo, y toda la gente se reunió en torno a él. Se sentó y comenzó a enseñarles.

Intentaron, entonces, apedrearlo; pero Jesús se escondió y salió del Templo.




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