Me buscaréis, pero no me encontraréis, porque no podréis ir adonde yo he de estar.
Vienen en busca del Señor con sus ovejas y sus vacas, pero no lo encontrarán. ¡Se ha apartado de ellos!
Porque os digo que no volveréis a verme hasta el momento en que digáis: «Bendito el que viene en nombre del Señor».
Una vez que me haya ido y os haya preparado el lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que podáis estar donde esté yo.
Jesús le dijo: —Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre si no es por mí.
Es mi deseo, Padre, que todos estos que tú me has confiado estén conmigo y contemplen mi gloria, la que me diste porque me amaste antes de que el mundo existiese.
¿Qué habrá querido decir con esas palabras: «Me buscaréis, pero no me encontraréis, porque no podréis ir adonde yo he de estar»?