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Referencias Cruzadas

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Juan 7:31

La Palabra (versión española)

Mucha gente creyó en él y comentaba: —Cuando venga el Mesías, ¿hará acaso, más milagros que los que este hace?

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19 Referencias Cruzadas  

Todos los que presenciaron esto decían asombrados: —¿Será este el Hijo de David?

La semilla que cayó sobre piedras representa a los que escuchan el mensaje y lo reciben con alegría; pero son tan superficiales que, aunque de momento creen, en cuanto llegan las dificultades abandonan.

Al ver lo que había hecho Jesús, muchos de los judíos que habían ido a visitar a María creyeron en él.

pues, por su causa, muchos judíos se alejaban de ellos y creían en Jesús.

A pesar de todo, fueron muchos, incluso entre los jefes judíos, los que creyeron en Jesús. Pero no se atrevían a manifestarlo públicamente, porque temían que los fariseos los expulsaran de la sinagoga.

Jesús hizo este primer milagro en Caná de Galilea. Manifestó así su gloria y sus discípulos creyeron en él.

fue una noche a ver a Jesús y le dijo: —Maestro, sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Nadie, en efecto, puede realizar los milagros que tú haces si Dios no está con él.

—Venid a ver a un hombre que me ha adivinado todo lo que he hecho. ¿Será el Mesías?

Muchos de los habitantes de aquel pueblo creyeron en Jesús movidos por el testimonio de la samaritana, que aseguraba: —Me ha adivinado todo lo que he hecho.

Lo seguía mucha gente, porque veían los milagros que hacía con los enfermos.

Resulta que está hablando en público y nadie le dice ni una palabra. ¿Será que nuestros jefes han reconocido que verdaderamente se trata del Mesías?

Algunos de los fariseos dijeron: —No puede tratarse de un hombre de Dios, pues no respeta el sábado. Otros, en cambio, se preguntaban: —¿Cómo puede un hombre hacer tales prodigios si es pecador? Esto provocó la división entre ellos.

Incluso el propio Simón creyó y, una vez bautizado, ni por un momento se apartaba de Felipe; contemplaba los milagros y los portentosos prodigios que realizaba y no salía de su asombro.

Y es que así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así está muerta también la fe sin obras.




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