Juan 6:57

La Palabra (versión española)

El Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo gracias a él; así también, el que me coma vivirá gracias a mí.

Referencias Cruzadas

Salmos 18:46

¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! Sea ensalzado Dios mi salvador,

Jeremías 10:10

Pero el Señor, Dios verdadero, es un Dios vivo, rey eterno; su cólera zarandea la tierra, los paganos no aguantan su ira.

Mateo 16:16

Entonces Simón Pedro declaró: —¡Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo!

Juan 14:19

Los que son del mundo dejarán de verme dentro de poco; pero vosotros seguiréis viéndome, porque la vida que yo tengo la tendréis también vosotros.

Juan 14:6

Jesús le dijo: —Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre si no es por mí.

Juan 17:21

Te pido que todos vivan unidos. Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros. De este modo el mundo creerá que tú me has enviado.

Juan 3:17

Pues no envió Dios a su Hijo para dictar sentencia de condenación contra el mundo, sino para que por medio de él se salve el mundo.

Juan 5:26

Pues lo mismo que el Padre tiene la vida en sí mismo, también le concedió al Hijo el tenerla,

Juan 6:29

Jesús respondió: —Lo que Dios espera de vosotros es que creáis en su enviado.

Juan 6:38

Porque yo he bajado del cielo, no para hacer lo que yo deseo, sino lo que desea el que me ha enviado.

1 Corintios 15:22

En efecto, del mismo modo que, al compartir la naturaleza de Adán, toda la humanidad está sujeta a la muerte, en cuanto injertados en Cristo, todos retornarán a la vida.

1 Corintios 15:45

La Escritura dice: Adán, el primer ser humano, fue creado como un ser dotado de vida; el último Adán, como un espíritu que da vida.

2 Corintios 13:4

Porque es cierto que se dejó crucificar manifestando así su debilidad, pero ahora vive en virtud de la fuerza de Dios. Igualmente nosotros, que compartimos su debilidad, compartiremos también su poderosa vitalidad divina si hemos de enfrentarnos con vosotros.

Gálatas 2:20

Ya no soy yo quien vive; es Cristo quien vive en mí. Mi vida en este mundo consiste en creer en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí.

1 Tesalonicenses 1:9

Todos, en efecto, se hacen lenguas de la acogida que nos dispensasteis y de cómo os convertisteis a Dios y renunciasteis a los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero,

Hebreos 9:14

¡Pues cuánto más eficaz será la sangre de Cristo que, bajo la acción del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como víctima sin mancha! ¡Cuánto más será capaz de limpiar nuestra conciencia de las acciones que causan la muerte para que podamos dar culto al Dios viviente!

1 Juan 4:9

Y Dios ha demostrado que nos ama enviando a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por medio de él.