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Referencias Cruzadas

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Juan 6:53

La Palabra (versión española)

Jesús les dijo: —Os aseguro que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros.

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19 Referencias Cruzadas  

dijo: —Os aseguro que, si no cambiáis de conducta y volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Y os aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, la ley no perderá ni un punto ni una coma de su valor. Todo se cumplirá cabalmente.

Jesús le contestó: —Las zorras tienen guaridas y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre ni siquiera tiene dónde recostar la cabeza.

Pues yo os digo que no. Y añadiré que, si no os convertís, todos vosotros pereceréis igualmente.

Pues yo os digo que no. Y añadiré que, si no os convertís, todos vosotros pereceréis de forma semejante.

Pedro insistió: —Jamás permitiré que me laves los pies. Jesús le respondió: —Si no me dejas que te lave, no podrás seguir contándote entre los míos.

Permaneced unidos a mí, como yo lo estoy a vosotros. Ningún sarmiento puede producir fruto por sí mismo sin estar unido a la vid; lo mismo os ocurrirá a vosotros si no permanecéis unidos a mí.

Jesús le respondió: —Pues yo te aseguro que solo el que nazca de nuevo podrá alcanzar el reino de Dios.

El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero quien no cree en él, no experimentará esa vida, sino que está bajo el peso de la ira de Dios.

Jesús le contestó: —Te aseguro que nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace del agua y del Espíritu.

Os aseguro que quien cree, tiene vida eterna.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo voy a dar es mi carne, entregada para que el mundo tenga vida.

Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.

Pues ¿qué ocurriría si vieseis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?

Quien vive unido al Hijo, tiene la vida; quien no vive unido al Hijo de Dios, no tiene la vida.

Quien tenga oídos, preste atención a lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del maná escondido, y le daré también una piedra blanca en la que hay escrito un nombre nuevo, que solo quien lo reciba podrá descifrar.

Quien tenga oídos, preste atención a lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios.




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