Jesús le preguntó: —Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién estás buscando? Ella, creyendo que era el jardinero, le contestó: —Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y yo misma iré a recogerlo.
Llegaron entre tanto de la ciudad de Tiberíades unas barcas y atracaron cerca del lugar en que la gente había comido el pan cuando el Señor pronunció la acción de gracias.