y saldrán de las tumbas. Los que hicieron el bien, para una resurrección de vida; los que obraron el mal, para una resurrección de condena.
Tus proyectos son soberbios, magníficas tus acciones; tus ojos advierten la conducta humana y pagas a cada uno conforme a sus obras, según merecen sus acciones.
Ellos no pueden corresponderte; y precisamente por eso serás feliz, porque tendrás tu recompensa cuando los justos resuciten.
Mantengo la esperanza, que comparten también mis oponentes, de que Dios hará resucitar tanto a los buenos como a los malos.
Incúlcales que practiquen la virtud, que atesoren buenas obras y que sean generosos y desprendidos.
Solo queda la temible espera del juicio y del fuego ardiente que está presto a devorar a los rebeldes.
Y no os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros unos a otros, pues esos son los sacrificios que agradan a Dios.
Debe apartarse del mal y practicar el bien, debe buscar la paz y correr tras ella.