Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Juan 5:18

La Palabra (versión española)

Esta afirmación provocó en los judíos un mayor deseo de matarlo, porque no solo no respetaba el sábado, sino que además decía que Dios era su propio Padre, haciéndose así igual a Dios.

Ver Capítulo Copiar

21 Referencias Cruzadas  

¡Dirígete, espada, contra mi pastor, haz frente a mi ayudante! —oráculo del Señor del universo—. Hiere al pastor y se dispersará el rebaño; incluso a los más pequeños golpearé.

¿O no habéis leído en la ley de Moisés que los sacerdotes no pecan aunque trabajen durante el sábado en el Templo?

Los judíos de Jerusalén enviaron una comisión de sacerdotes y levitas para preguntar a Juan quién era él. Y este fue su testimonio,

Le contestaron: —No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por haber blasfemado, ya que tú, siendo un hombre como los demás, pretendes hacerte pasar por Dios.

Jesús le contestó: —El que me ama de verdad se mantendrá fiel a mi mensaje; mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a él y haremos en él nuestra morada.

Jesús le contestó: —Llevo tanto tiempo viviendo con vosotros, ¿y aún no me conoces, Felipe? El que me ve a mí, ve al Padre. Y si es así, ¿cómo me pides que os muestre al Padre?

Los judíos replicaron: —Nosotros tenemos una ley, y según ella debe morir, porque ha querido hacerse pasar por Hijo de Dios.

Se marchó aquel hombre e hizo saber a los judíos que era Jesús quien lo había curado.

Y como Jesús no se privaba de hacer tales cosas en sábado, los judíos no dejaban de perseguirlo.

Pero él les replicaba diciendo: —Mi Padre no cesa nunca de trabajar, y lo mismo hago yo.

Y quiere que todos den al Hijo el mismo honor que dan al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que lo ha enviado.

Pasó algún tiempo, y Jesús seguía recorriendo Galilea. Evitaba andar por Judea, porque los judíos buscaban una ocasión para matarlo.

¿No fue Moisés quien os dio la ley? Sin embargo, ninguno de vosotros la cumple. ¿Por qué queréis matarme?

Jesús respondió: —Si yo me alabara a mí mismo, mi alabanza carecería de valor. Pero el que me alaba es mi Padre; el mismo de quien vosotros decís que es vuestro Dios.

Jesús les respondió: —Os aseguro que antes de que Abrahán naciera, existo yo.

el cual, siendo de condición divina no quiso hacer de ello ostentación,

El ángel me enseñó también un río de agua viva, transparente como el cristal, que manaba del trono de Dios y del Cordero.

Allí no habrá ya nada maldito. Será la ciudad del trono de Dios y del Cordero, donde sus servidores le rendirán culto,




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios