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Referencias Cruzadas

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Juan 5:14

La Palabra (versión española)

Poco después, Jesús se encontró con él en el Templo y le dijo: —Ya ves que has sido curado; no vuelvas a pecar para que no te suceda algo peor.

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23 Referencias Cruzadas  

Incluso en los momentos del asedio el rey Ajaz aumentó su infidelidad al Señor,

Pero apenas se sentían en paz, otra vez volvían a ofenderte, y otra vez los entregabas en manos de sus enemigos que volvían a oprimirlos. De nuevo clamaban a ti y tú los escuchabas desde el cielo. Así fue como los libraste muchas veces conforme a tu gran misericordia.

Dios me ha castigado con dureza, pero no me ha entregado a la muerte.

tengo presentes todos tus mandatos, no me alejo de sus normas;

Y entonces yo venceré al enemigo que me asedia, ofreceré en su tienda sacrificios jubilosos; cantaré y alabaré al Señor.

¡Ten piedad, Señor, de mí; mira cómo mis enemigos me afligen! Tú que me alejas de las puertas de la muerte

Señor, sálvame y haremos resonar las arpas todos los días de nuestra vida en el Templo del Señor.

Intervino Ezequías: —¿Cuál es la prueba de que subiré al Templo del Señor?

El sacerdote lo examinará y, si la llaga está más hundida que la piel y su pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote lo declarará impuro; es un caso de lepra que se ha declarado en la úlcera.

Y si aun con todo esto no me obedecéis, sino que seguís enfrentándoos conmigo,

Si se presenta en acción de gracias, se ofrecerá acompañado de tortas sin levadura amasadas con aceite, de hojaldres sin levadura untados con aceite, y de flor de harina preparada en forma de tortas amasadas con aceite.

va, reúne a otros siete espíritus peores que él y todos juntos se meten a vivir allí, de manera que la situación de esa persona resulta peor al final que al principio. Así le sucederá a esta gente perversa.

Jesús, viendo la fe de quienes lo llevaban, dijo al paralítico: —Hijo, tus pecados quedan perdonados.

Pero el que había sido curado no lo sabía, pues Jesús había desaparecido entre la muchedumbre allí reunida.

Había entre ellos un hombre que llevaba enfermo treinta y ocho años.

Ella le contestó: —Ninguno, Señor. Jesús le dijo: —Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar.]

Porque bastante tiempo habéis pasado ya viviendo al estilo de los paganos, es decir, entregados al desenfreno y a la liviandad, a crápulas, orgías, borracheras y abominables cultos idolátricos.




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