No te cause, pues, tanta sorpresa si te he dicho que debéis nacer de nuevo.
¿Qué es el ser humano para sentirse puro, el nacido de mujer para creerse inocente?
Si os hablo de cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo me creeréis cuando os hable de las cosas del cielo?
Jesús le respondió: —Pues yo te aseguro que solo el que nazca de nuevo podrá alcanzar el reino de Dios.
Lo que nace de la carne es carnal; lo que nace del Espíritu es espiritual.
El viento sopla donde quiere; oyes su rumor, pero no sabes ni de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede con el que nace del Espíritu.
No os admiréis de lo que estoy diciendo, porque llegará el momento en que todos los muertos oirán su voz
deis gracias al Padre que os ha juzgado dignos de compartir la herencia de su pueblo en el reino de la luz.
Procurad estar en paz con todos y llevar una vida de consagrados; sin ello nadie verá al Señor.
Obedientes a la verdad, habéis eliminado cuanto impide una auténtica fraternidad. Amaos, pues, intensa y entrañablemente unos a otros
Y nada manchado entrará en ella: ningún depravado, ningún embaucador; tan solo los inscritos en el libro de la vida del Cordero.